Durante los últimos quince años, la cuestión energética ha ocupado un lugar destacado en la agenda pública. Si bien buena parte del debate público ha tratado acerca de la política de subsidios al consumo energético en los hogares, también se han dado discusiones tanto acerca de la generación de energía como de su distribución. Esto nos lleva a analizar la composición de la matriz energética en el país, y más particularmente, en la Región Metropolitana de Buenos Aires. Informe del Observatorio del Conurbano UNGS.
La matriz energética argentina
Cuando hablamos de energía, principalmente estamos hablando de electricidad y gas, ya que son las principales fuentes con las que se abastecen tanto los hogares, como los comercios e industrias, además del transporte.
La matriz energética nacional se basa en cuatro componentes: generación, transmisión, distribución y consumo, como se señala en esta nota de Raquel Bielsa y Luciana Galván. En la RMBA, el análisis de la generación pone en evidencia los desafíos relativos al uso de fuentes no renovables; la mirada sobre la distribución da cuenta de la fragmentación del sistema y la composición de la tarifa; mientras que la cuestión del consumo lleva a poner de relieve la problemática de la pobreza energética.
En Argentina, el gas proviene principalmente de pozos que se encuentran en la Patagonia y en el norte del país o vía importación. La principal vía de importación proviene de Bolivia, a través de un gasoducto. Otra parte del gas que se importa proviene de gas envasado que es transportado en buques. Por otro lado, la electricidad proviene de plantas generadoras, que pueden ser de tipo renovable, dentro de las que se encuentran las centrales solares, eólicas, hidroeléctricas y geotérmicas, o no renovables, dentro de las que se encuentran las centrales nucleares y las que funcionan a combustibles fósiles.
La matriz energética de nuestro país se encuentra basada en combustibles fósiles, y particularmente en gas. Este se utiliza mayormente para la generación de electricidad por vía térmica, y tiene un papel muy importante, debido a que la energía eléctrica es el motor de los países en crecimiento.
Durante los últimos 12 años, Argentina tuvo que importar energía, ya sea para uso automotor (naftas y gas oil) o para la generación eléctrica (gas natural y gas oil), lo que afecta fuertemente la economía nacional. La preocupación por el abastecimiento energético tiene hoy un rol protagónico. La falta de autoabastecimiento, así como el compromiso medioambiental, conducen a pensar en la diversificación de la matriz energética, como propone aquí Mariangeles Solá Álvarez. Estudios recientes muestran la gran potencialidad que tiene el territorio argentino en la producción de energías renovables.
Situación en la Región Metropolitana Buenos Aires
En el campo de la electricidad, la participación de la RMBA en la generación total de energía en el país ronda el 20%, con 14 centrales generadoras en su territorio. Aquí se detalla la localización y potencia de las centrales. La casi totalidad de esta energía es producida mediante el uso fuentes no renovables, ya que se basa, principalmente en centrales térmicas que operan a partir de fuentes fósiles (99%), siendo el combustible más empleado el gas natural.
Si bien la normativa argentina establece metas ambiciosas de incremento de la participación de fuentes renovables, su aporte en la RMBA es aún mínimo. El recurso renovable disponible en la región es el gas de relleno sanitario, y existen hoy cuatro centrales que operan a partir de este recurso. Como propone Marian Sola Álvarez, resulta necesario revisar la sustentabilidad ambiental de esta matriz, e incentivar el uso de la energía renovable distribuida, dados los conflictos sociales y ambientales que se producen.
Por otro lado, los debates en torno al precio que pagan los consumidores en las diferentes regiones del país constituyen un tema clave de la agenda actual. La composición de costos de energía constituye un factor importante para entender la diferencia de tarifas, ya que evidencia que los subsidios son similares para todas las regiones, y lo que hace variar drásticamente el costo de la factura es la tarifa de distribución. Por ende, las ciudades con mayor densidad de población, como la RMBA, tienen mayor escala y eso permite una reducción en los costos. El detalle de las variables económicas en el precio de la energía eléctrica permite analizar la proporción de subsidios que ha habido sobre los costos del sistema. De esta manera, podemos observar que el porcentaje que pagan los distribuidores en relación con el precio total del sistema ha caído desde el año 2005 hasta el 2015, para incrementarse hasta el 2020 y volver a caer hasta el 2021.
En cuanto a la distribución, el territorio de la RMBA está dividido en áreas de concesión que tiene cada empresa. La zona norte se encuentra a cargo de EDENOR mientras que la zona sur se encuentra a cargo de EDESUR. Para la zona de La Plata y sus alrededores, la distribuidora encargada es EDELAP.
En el plano del consumo, los indicadores que dan cuenta de la evolución de la demanda de energía eléctrica residencial, comercial e industrial muestran que tanto la demanda comercial como la industrial vienen presentando una tendencia a la baja en el consumo, con una caída abrupta en el primer semestre del 2020 producto de la cuarentena provocada por el COVID. En cuanto al consumo residencial, se puede observar que la demanda se presenta de forma irregular. Hasta el 2016 se observa un crecimiento en la misma, mientras que del 2017 hasta 2019, podemos observar una caída. Esto coincide con los aumentos tarifarios implementados en esos años. Durante el primer semestre del 2020 se da un aumento considerable en el consumo, esto responde al aislamiento preventivo provocado por la pandemia. Para el año 2021, la demanda eléctrica continúa en alza. Vale la pena destacar que al iniciar la pandemia se volvieron a congelar los precios de la energía para los usuarios residenciales. Resulta interesante advertir que esta trayectoria asume características particulares en cada municipio.
En cuanto a la distribución de gas, el territorio de la RMBA está también dividido por zonas de concesión. Los datos sobre cantidad de usuarios por distribuidora, y gas entregado por distribuidora nos muestran un incremento bastante desigual entre las empresas, lo que redunda en que la distribuidora Naturgy ha mejorado su cobertura, en relación a la que le corresponde a Metrogas, particularmente en la zona sur del conurbano.
El consumo de gas residencial ha sido relativamente estable desde el año 2010 en la RMBA.
Para finalizar, el gas entregado a estaciones de carga de GNC nos permite analizar la evolución que ha habido en el consumo de GNC para vehículos a lo largo de los últimos 30 años. Se ha pasado de un uso que se daba solo en la zona AMBA a un uso generalizado en diversos lugares del país.
Fuente: Observatorio del Conurbano Bonaerense de la Universidad Nacional de General Sarmiento