Ciudadanía Metropolitana

El Gran Tucumán anexa municipios y comunas, mientras se profundiza la fragmentación

En un contexto donde Tucumán debate empezar a tener una mirada metropolitana sobre problemas comunes que afectan a una misma ciudad, repleta de burocracia y de administraciones distintas, surge un dato poco alentador, aunque tan previsible como imparable: la mancha urbana se sigue expandiendo.

En numerosas oportunidades, sobre todo los últimos años, expertos y columnistas vienen planteando la necesidad urgente de seguir los buenos ejemplos, nacionales e internacionales, respecto de lo que se denomina “gobernanza metropolitana”.

Con disímiles modelos políticos, algunos han creado entes multidisciplinarios, como Rosario, y otros, como Mendoza, un Consejo de Coordinación de Políticas Públicas para el Área Metropolitana, llamado Unicipio. Allí participan autoridades provinciales y municipales (Mendoza no tiene comunas) y sus decisiones estratégicas están por encima de las que toman las autoridades locales.

En otros ejemplos más nuevos, como el del Gran Jujuy, crearon un Parlamento Metropolitano.

Se reduce notoriamente la burocracia, se eliminan las mezquindades o rivalidades políticas entre administraciones de diferentes partidos, pero, principalmente, se piensan las urgencias de una sola ciudad gobernada por demasiada gente: inundaciones, transporte público, espacios verdes, tránsito, seguridad, tratamiento del suelo, códigos urbanos, etc, y todo esto con planes a largo plazo, de manera que cada intendente no tome sus propias decisiones y sin una perspectiva integral, para así evitar una fragmentación cada vez más profunda.

Más municipios

Hasta ahora se consideraba que el Área Metropolitana de Tucumán (AMT o AMET), también sintetizada como el Gran Tucumán, estaba integrada por seis municipios: la Capital, Yerba Buena, Tafí Viejo, Banda del Río Salí, Alderetes y La Talitas, además de una decena de comunas.

A este cuadro debe sumarse la administración provincial, centralizada en la capital, absolutamente ausente en la coordinación intermunicipal y comunal.

Por primera vez, en un artículo académico, titulado “Movilidad y desigualdades. Patrones de movilidad y transporte público en el Sistema Metropolitano de Tucumán”, publicado por Inés González Alvo, arquitecta, docente, doctora en Ciencias Sociales e investigadora del Conicet, se amplía el Gran Tucumán a siete municipios -se incluye oficialmente a Lules-, y a 19 comunas rurales: Cevil Redondo; Colombres; Delfín Gallo; El Manantial; La Esperanza; La Florida y Luisiana; Los Nogales; Los Ralos; Ranchillos y San Miguel; San Andrés; San Felipe y Santa Bárbara; San Javier; San Pablo y Villa Nougués; El Chañar; El Cadillal; y Los Pérez, entre otras, además de localidades que están próximas a convertirse en comunas, o comunas que pronto deberían ser municipios.

No es necesario que haya una conexión directa entre dos poblados, separados por una calle, para que sean considerados miembros de la misma urbe, sino que formen parte indivisible de una sola área de influencia en la vida diaria. Por ejemplo, dos localidades que se encuentren a dos kilómetros de distancia (sólo 20 cuadras) se considera que están fuertemente relacionadas en todos los sentidos: servicios, tránsito, comercio, transporte, rutas y avenidas, manejo del suelo y de las aguas, residuos, etc.

La novedad que introduce aquí González Alvo, basado en un estudio de Lineamientos Estratégicos para una Organización Territorial del Área Metropolitana (LEM-DAMI, de 2016), se debe a que hay demasiada bibliografía desactualizada sobre el tema, ya que el abordaje metropolitano está fuera de las agendas provincial y municipales. Por ejemplo, el Indec sigue denominado “Gran San Miguel de Tucumán más Tafí Viejo”, en base a delimitaciones administrativas de hace 15 años, donde ni siquiera existía, por ejemplo, Lomas de Tafí, y numerosos otros barrios nuevos o ampliaciones de los existentes.

El AMET actual concentra al 70% de la población tucumana, en tan sólo el 10% del territorio provincial.

Marcadas desigualdades

“Se observa un crecimiento extendido en superficie y de baja densidad, con barrios cerrados y asentamientos informales en las periferias, lo que conlleva al déficit de infraestructuras, fragmentación del territorio, insustentabilidad y profundización de la desigualdad. Las inequidades en las condiciones de movilidad de la población conducen a un acceso ineficiente a las oportunidades de la ciudad”, resume la investigadora.

En otro párrafo agrega: “En 2018, la población urbana del planeta era del 55% y para 2050 se estima que este porcentaje llegará al 68%. América Latina es el continente más desigual y urbanizado del mundo, con más del 80% de su población habitando en ciudades. En Latinoamérica la desigualdad socio-territorial es un rasgo histórico y estructural reproducido en múltiples escalas. Se observa un fenómeno de heterogeneidad territorial muy marcado, con profundas brechas en los niveles de desarrollo entre sectores ricos y pobres…”. “Las desigualdades se evidencian en la segregación residencial, la fragmentación, el déficit de infraestructuras, tales como el suministro de energía, transporte, equipamientos sociales, entre otros. Las situaciones inequitativas en la movilidad y el consecuente acceso ineficiente a los bienes y servicios de la ciudad refuerzan los procesos de segregación y profundizan las diferencias sociales”.

A partir de esta actualizada mancha urbana planteada por la doctora, habrá que empezar a recalcular demografía y superficie de la AMET, a valores actuales, en una metrópolis que sigue creciendo y sumando nuevas administraciones y más burocracia, cada vez más desigual, fragmentada, con problemas que se agravan y sin planes de solución en el horizonte próximo.

Movilidad urbana: el análisis de un estudio que desnuda las desigualdades

El sector sureste de la ciudad es el más vulnerable mientras que el centro y el oeste reciben los mejores servicios.

El eje de la investigación de la arquitecta Inés González Alvo no es el crecimiento del Gran Tucumán, como aquí lo presentamos, sino que es sólo parte del marco de referencia geográfica que ella tomó para realizar el estudio. “Movilidad y desigualdades. Patrones de movilidad y transporte público en el Sistema Metropolitano de Tucumán” (trabajo que abordaremos en profundidad en otra oportunidad) describe principalmente las profundas diferencias que existen en las formas de traslado de la población, según clases sociales y zonas de la AMET donde reside, y cómo estos factores de movilidad, muy desiguales, restringen el acceso a oportunidades, empleo, educación, salud y servicios básicos.

“La movilidad urbana representa una preocupación creciente, ya que es un factor fundamental en la vida cotidiana de las personas que determina sus posibilidades de acceso a la ciudad. Este trabajo indaga sobre la movilidad cotidiana en relación a la desigualdad socio-territorial en el ámbito del Sistema Metropolitano de Tucumán”, explica.

“Se trabaja sobre la hipótesis de que el transporte público resulta esencial para reducir las desigualdades ya que es el medio motorizado que posee mayor efecto desmercantilizador de la movilidad. Las desigualdades afectan a la población de las zonas más pobres, en donde los niveles de bienestar son bajos y las oportunidades escasas”.

“En la AMET se observan dos subsistemas: el Subsistema Oeste, que comprende las poblaciones y el suelo piedemonte, y el Subsistema Este, relacionado al territorio y las urbanizaciones colindantes a la cuenca del Río Salí. En el SSE se asienta la población con mayores condiciones de vulnerabilidad. Se trata de un territorio de criticidad compleja, pero que a la vez tiene condiciones de oportunidad.

Desarticulación interna en términos urbanos, condiciones de vida de alta vulnerabilidad, por ingreso y por condiciones habitacionales, contaminación y degradación ambiental por causa de actividades extractivas y actividades industriales”, son algunos de sus problemas describe la investigadora.

“El Área Metropolitana cuenta con un aeropuerto, dos estaciones de ferrocarril, de carga y de pasajeros, y una terminal de ómnibus de media y larga distancia. Posee transporte público colectivo diseñado en la década del 70 y cuyo trazado permanece hasta hoy sin modificaciones sustanciales, a pesar de que las dinámicas metropolitanas cambiaron -la superficie del aglomerado se duplicó en los últimos 20 años-. Las zonas con mejor cobertura de servicios están situadas en el casco céntrico y su extensión hacia el oeste”, concluye.

Nota Publicada por Federico Türpe en el diario “La Gaceta”

El mapa de la ilustración es una elaboración de Inés González Alvo con base a LEM-DAMI (2016) e información disponible en Infraestructura de Datos Espaciales Tucumán (IDET)