Reproducimos la entrevista que Manel Manchón le realizara a Oriol Estela, para “Metrópoli”, donde se declara partidario para Barcelona del modelo de ciudad de los 45 minutos, con desarrollo económico y con la necesidad de reducir la movilidad. Estela es el coordinador del Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona, una asociación privada sin ánimo de lucro que promueve el Ayuntamiento de Barcelona y el Área Metropolitana de Barcelona.
Oriol Estela habla de “sistema”, donde todo está integrado. Es geógrafo y le gusta esa coordinación en el territorio que, por ahora, no se ha producido. Estela es el coordinador del Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona, una asociación privada sin ánimo de lucro que promueve el Ayuntamiento de Barcelona y el Área Metropolitana de Barcelona. ¿El objetivo? El de potenciar el territorio y establecer ese “sistema” que permita vivir, trabajar, realizarse y disfrutar en una mancha urbana de cinco millones de personas, “la quinta región metropolitana de Europa”. En esta entrevista con Metrópoli, Oriol Estela deja claro que Barcelona debe liderar, pero que no todo se puede concentrar en la capital catalana. “Hay que ordenar el territorio para minimizar la movilidad y que no todo se concentre en Barcelona”, asegura, con una pretensión, que la Generalitat se implique y apueste por recoser esa gran mancha urbana con el territorio, con el resto de Catalunya. Hasta ahora, a su juicio, esa tarea ha estado “abandonada”.
Con la reciente constitución del AMB, que inicia un nuevo mandato, con un gobierno metropolitano formado por el PSC, con mayoría, JxCat, comunes y ERC, Estela entiende que puede haber llegado el momento para tener más ambición y fomentar una integración del territorio, en coordinación con la Generalitat. “Ahora estamos en el camino de dar un nuevo salto hacia la región metropolitana, incorporando los dos Vallès, el Maresme y el Penedès, estamos hablando de cinco millones y medio de personas”, señala.
Barcelona cuenta con una entidad especial y voluntad de los alcaldes metropolitanos, porque en el resto de España no existe una administración como el AMB. “Se intentó en Vigo, pero quedó la ley en suspenso y no se ha desarrollado nada. Tampoco en Valencia, o en otras grandes ciudades donde se habló de ello. Hay un enorme dinamismo en muchas ciudades españolas, pero sin instituciones de gobierno propias”.
¿Deberían tenerlas? Oriol Estela es un firme convencido de que la España vaciada se podría paliar con instituciones supramunicipales. El Ministerio de Transportes tiene entre sus competencias la llamada “agenda urbana”, pero, por ahora, falta esa voluntad política. En Barcelona, y en toda su área metropolitana la sensibilidad es distinta. Y se ha buscado una coordinación que desde hace diez años se ha plasmado en el AMB, a juicio de Estela.
Barcelona “es la quinta región metropolitana de la Unión Europea, con una cifra de habitantes importante, de 5,5 millones, la misma cifra, por ejemplo que la ciudad de San Petersburgo”. En 1987, sin embargo, lo que era la Corporación Metropolitana de Barcelona fue anulada por el Gobierno de Jordi Pujol. Recuperada la idea hace diez años, con la fórmula del AMB, Oriol Estela cree que tiene mucho recorrido por delante: “Ha habido dificultades, también por la diversidad de colores políticos que se ha dado en el área metropolitana. En 2015 había muchos colores, ahora parece que se vuelve a una situación anterior (por las victorias del PSC), y, en todo caso, se ha avanzado mucho en la coordinación de políticas, pero se podría aprovechar todo mucho más, de forma más intensa”.
Estela, cuando se le señala un posible peligro o algo que no acaba de funcionar, precisa de forma rápida: “El riesgo para el AMB es cerrarse en sí misma. Hay una realidad que exige crear fórmulas imaginativas, de colaboración, de apertura al resto del territorio, pero sin necesidad de crear un nuevo ente”.
En ese punto, aparece el papel del Govern de la Generalitat. Algunos economistas, como Miquel Puig, sostienen que, en realidad, el gran impulsor del área metropolitana debería ser la Generalitat, porque es el reto más importante del conjunto de Catalunya. Oriol Estela sigue ese razonamiento, pero lo matiza: “La Generalitat debería determinar y retomar la ordenación territorial que ha quedado abandonada durante un tiempo. Se ha creado en los últimos años una veguería y dos comarcas nuevas, pero, ¿cuál es el plan? Hay reivindicaciones en Tarragona, en Girona, y entiendo que dé un poco de pereza y de temor, pero es clave atender las realidades metropolitanas. Hay que saber atender dónde estar la actividad económica y cuidar, también, el territorio. Lo hemos visto con la cuestión del agua, con su escasez en los últimos tiempos”.
¿Barcelona y su área metropolitana gestionan mejor esas cuestiones? “Barcelona tuvo un susto hace unos años, que llevó, incluso, a llevar barcos con agua desde Mallorca. Y, desde entonces, los niveles de consumo son bajos en comparación con el resto del territorio. Ahora se pide, además, un mayor esfuerzo”.
Como coordinador del Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona, Oriol Estela, que ha elaborado ya el sexto plan, de cara a 2030, ve una realidad: “La idea que defendemos es que, vivas donde vivas, se debe tener una vida digna y con recursos sostenibles, con el foco puesto en la reducción de las desigualdades. Porque hay zonas del territorio que están en la cola, desde el Besòs a Sabadell, el Penedès o el Maresme. Tenemos un territorio bastante equilibrado como para desarrollar diferentes centralidades, que ayuden a tener oportunidades, porque no podemos no hacer nada y que todo se quede en Barcelona, y que toda la actividad, inversiones, turismo, esté entre el Besòs, el Llobregat y Collserola. Hay que ordenar el territorio para minimizar la movilidad y que no todo se concentre en Barcelona”.
Entonces, ¿hay un modelo alternativo, con políticas de movilidad y de vivienda? Ese es el reto, para Oriol Estela, que defiende la ciudad “de los 45 minutos”, a diferencia de la ciudad de los 15 minutos que han propuesto algunos expertos urbanísticos. Lo ideal es que en una ciudad “más o menos todo” pueda estar al alcance con solo esos 15 minutos, pero hay muchos aspectos que quedan fuera. “Hay un transporte público que garantiza esa movilidad de la ciudad de los 45 minutos, para trabajar o para el resto de servicios. El problema que se plantea es la capacidad de Barcelona para poder absorber todo lo que le llega. Y, a diferencia de otros lugares, en Catalunya tenemos una red de ciudades. Debemos recordar, por ejemplo, que a principios del siglo XX, la segunda ciudad, detrás de Barcelona, era Manresa. Es decir, hay ciudades que deberían estar mejor conectadas entre sí, sin pasar por Barcelona. Y eso daría lugar a esa idea de que la oferta crea la demanda”.
Lo que plantea Estela es que con una mayor oferta, una parte de la población podría optar por vivir y trabajar en otras partes del territorio de esa gran región metropolitana. Pero eso dependerá de que esa oferta, vivienda, transporte, sea realmente atractiva. Y en eso está el AMB.
La pregunta sigue en el aire. ¿Qué hace y que debería hacer la Generalitat? “Lo que debería hacer es articular la realidad metropolitana con el resto del territorio. Son dos caras de la misma moneda. Si el ámbito rural no está cuidado, lo sufriremos, en cuanto a la calidad de los alimentos, o del medio ambiente. Y sufriremos también si las ciudades no funcionan, porque actúan como motor económico de todo el sistema”.
Fuente: https://metropoliabierta.elespanol.com/