La Región Metropolitana está trabajando con Sarah Williams, experta en Planeación Urbana del MIT (Massachusetts Institute of Technology), en la aplicación de la ciencia de datos para la toma de decisiones, en el marco de la figura asociativa. El Espectador habló con ella para conocer los puntos en los que asesorará a la RM.
El uso de ciencia de datos para la gobernanza cada vez adquiere más fuerza entre los tomadores de decisiones. A esa nueva ola de administrar lo público con la ayuda de evidencia científica se ha unido la Región Metropolitana (RM), figura asociativa puesta en marcha desde 2021 y la cual continúa buscando un trecho firme para seguir consolidándose. Con tres entes territoriales en su mesa directiva y con un compendio de obras y proyectos venideros, la RM trajo al país a la reconocida investigadora y planeadora urbana Sarah Williams, para trabajar en una asesoría que permita utilizar esta herramienta al servicio de los llamados “hechos metropolitanos” (seguridad, alimentación y movilidad).
El próximo año, Williams asesorará a los funcionarios de la RM en la aplicación de metodologías relacionadas con el uso de datos en la formulación de políticas públicas. La docente tiene experiencia en combinar su formación en computación y diseño para crear estrategias de comunicación, que expongan cuestiones de política urbana a un público amplio y que generen cambios cívicos. Ella llama al proceso “Data Action”, que es también el nombre de su reciente libro, publicado por MIT Press. El Espectador habló con ella para conocer su perspectiva sobre la novedosa figura asociativa, y en los frentes en los que buscará trabajar para potenciar sus alcances.
¿Cuáles son sus primeros diagnósticos e impresiones de la situación actual de la Región Metropolitana de Bogotá?
Llevo muy poco tiempo, y apenas me estoy familiarizando con el contexto metropolitano de Bogotá. Por ahora, tengo dos impresiones: en primer lugar, me ha llamado la atención el trabajo de colaboración y diálogo que se ha venido haciendo con los municipios integrantes, en el proceso de construcción de la Región Metropolitana. En segundo lugar, he podido observar lo mucho que hay para trabajar y analizar en los aspectos con los que está trabajando la RM, que es justamente lo que he venido a apoyar. Me llaman especialmente la atención los temas de desarrollo económico y de protección del medio ambiente, es decir, del fuerte enfoque que hay en la región en los temas ambientales.
¿De qué manera puede ayudar la RM a dinamizar y a potenciar estos aspectos en la región?
Como decía, no soy una experta en Bogotá y, al cabo que vaya conociendo, podré emitir nuevas opiniones. Sin embargo, en lo que he visto, resalto sobre todo el tema del transporte, como un asunto que puede trabajarse a escala metropolitana. Trabajar a esta escala permite un mejor desarrollo económico, porque permite que las personas puedan llegar más fácil y más rápido a sus viviendas y trabajos. Reducir estos tiempos, también en el transporte logístico de bienes y servicios, también es otro aspecto a destacar.
¿Cómo puede hacer la figura asociativa para atraer a más municipios?
Creo que la confianza es fundamental. Es muy importante para las ciudades y los gobiernos cualquier tipo de confianza, no solamente en las relaciones públicas, sino en las relaciones con la gente y con otros políticos. Creo que todo este trabajo, para construir confianza entre todas las agencias y todas las instituciones, es un proceso significativo, pero es algo que toma bastante tiempo. En este sentido, la idea es que exista algún tipo de compromiso compartido, el de trabajar juntos en los lugares y proyectos en los cuales hay intereses compartidos; puede ser el primer paso.
Pero entonces… ¿Cómo construir esos lazos de cooperación?
En primer lugar, se deben definir los temas en los cuales hay intereses mutuos. Por ejemplo, yo escuché sobre este proyecto en el que se estaba buscando construir un puente entre Bogotá y Soacha (el de Tibanica) y creo que si este proceso resulta ser exitoso y se ve que hay una buena cooperación, sería un hito generador de confianza para los municipios, de que en el marco de la Región Metropolitana se pueden lograr cosas.
Pero antes de esos procesos de éxito, ¿Cómo convencer a los alcaldes de ver más allá de la jurisdicción de sus municipios para lograr una gobernanza metropolitana?
Este aspecto es importante, porque para consolidar la RM no solo es necesario hablar con los ciudadanos. El diálogo con los gobernantes y políticos es clave. Creo que parte de este involucramiento con ellos, lo relevante es que puedan entender cuáles son los objetivos compartidos y los asuntos de gobernanza que tienen en común. Desde mi perspectiva, muchos de estos aspectos de desarrollo y de involucramiento con ellos van a depender de mostrar y socializar cuáles son las cosas que ya se comparten. Por ejemplo, la parte agrícola es un factor compartido por todos los municipios con potencial para integrar la Región Metropolitana.
Más allá de la confianza, ¿cuáles podrían ser los caminos para disipar los miedos de pérdida de autonomía?
La idea es poder identificar cómo es que cada uno de estos líderes políticos y cada municipio se ven, en términos de cuál es la contribución y lo que ellos le dan a esta región, para que se sientan involucrados. Pero también es importante que vean cómo es que podrán conservar su identidad como municipio, teniendo en cuenta esta visión compartida que tiene cada uno de ellos.
¿Qué peso tiene la ciencia de datos en la toma de decisiones dentro de una figura como la RM?
Los datos nos dan una idea clara del ordenamiento territorial. El transporte, el estado ambiental, las vulnerabilidades sociales, la seguridad, etcétera; creo que estos datos en todas las regiones nos van a permitir hacernos preguntas que no habíamos podido hacer antes, y utilizar los datos, que actualmente solo se encuentran enfocados en la ciudad, a todos los municipios que la rodean. En ese sentido, los datos aplicados a las regiones nos van a ayudar a entender cómo mejorar el acceso al trabajo, pero, sobre todo, a entender cuáles son esas necesidades compartidas que existen entre los habitantes de los municipios de toda la región.
Fuente: El Espectador