Queremos poner foco hoy en la fundamental tarea que el Observatório das Metropóles viene realizando en Brasil, no solo promoviendo el tema de la gobernanza metropolitana, sino también aportando estudios y propuestas para estas áreas. En particular, frente a un año electoral en nuestro país hermano, han decidido publicar artículos de opinión en los principales medios brasileños sobre los temas que hacen a la gobernanza de las metrópolis. Más allá de contar con marcos de referencia nacionales para la institucionalización de éstas áreas, un tema del cual nosotros carecemos, nos resulta muy ilustrativo el artículo que reproducimos a continuación, de autoría de los investigadores Maria do Livramento Clementino y Jupira Mendonça.
En enero, el Observatório das Metrópoles comenzó a publicar una serie de artículos de opinión en varios medios de comunicación de todo Brasil. Cada mes, un tema será objeto de reflexión de la red, totalizando 240 artículos, con el objetivo de incidir en la agenda pública durante las elecciones de este año. En febrero, el tema tratado fue “Gobernanza Metropolitana”, un desafío en cualquier parte del mundo. En Brasil, no sería diferente. En particular, debemos tener una mayor preocupación por los municipios que forman la ciudad metropolitana, es decir, ese conjunto de municipios que están muy cerca entre sí y de la metrópoli, y donde existe una gran complementariedad entre ellos.
Si bien las regiones metropolitanas tienen diferentes escalas urbanas, tamaños de ciudades y niveles de integración, requieren atención a los problemas de interés común de los municipios que formalmente las integran. La falta de tratamiento de la cuestión metropolitana ha contribuido a agravar las desigualdades socioespaciales y a desgastar cada vez más la frágil red urbana brasileña, con pocas ciudades de tamaño mediano y compuesta en su mayoría por ciudades pequeñas. Esto ha reforzado cada vez más la oposición entre el hub (ciudad madre) y la periferia metropolitana, al mismo tiempo que obstaculiza el desarrollo de la red urbana en el interior del país.
En Brasil, las transformaciones son selectivas y en ciertas regiones más lentas, lo que contribuye a agravar las desigualdades sociales y genera problemas de carácter metropolitano. Especialmente aquellos vinculados a cuestiones ambientales (uso y preservación de los recursos hídricos), infraestructura (alcantarillado, recolección de basura, suministro de agua, infraestructura de transporte) y cuestiones sociales, particularmente salud y seguridad públicas. Estos son los problemas que más han exigido iniciativas conjuntas. Sin embargo, su resolución sigue dependiendo de iniciativas aisladas, ya sea de los ayuntamientos o de departamentos gubernamentales a nivel local. El actual gobierno recreó el Ministerio de las Ciudades y el tema metropolitano se abordó con una Secretaría Nacional de Desarrollo Urbano y Metropolitano. Se espera que el Ministerio de las Ciudades tenga un interés efectivo en la cuestión de las metrópolis, contradiciendo a las elites dominantes del país, cuya tendencia es abandonar definitivamente las políticas que favorecen a estos territorios, en particular a sus periferias.
Si bien no existe una receta preparada para superar estos límites, se puede decir que un pacto territorial sería una nueva forma de diseñar políticas públicas, basada en la horizontalidad sectorial y espacial y en el proceso de planificación y gestión urbana, con el principio rector social colectivo. construcción “de abajo hacia arriba”, con miras a la integración regional. La idea central es que el territorio, más que una simple base física de relaciones entre individuos, empresas e instituciones, tiene un tejido social y una organización compleja caracterizada por vínculos que van mucho más allá de sus atributos naturales y costos de transporte y de comunicaciones.
La unión de municipios con el propósito de compartir la búsqueda de solución de problemas y la defensa de intereses comunes es una estrategia eficiente para recomponer la planificación y la gestión (metropolitana), pues aumenta su poder y sus posibilidades de éxito en las negociaciones con los órganos burocráticos superiores para reunirse. sus demandas. Para lograr un “pacto territorial” es necesario tener en cuenta la necesidad de incorporar la variable política en la planificación técnica regional; especificidades municipales, ya que cada uno de los sistemas urbanos tiene su propia lógica y se distribuye de manera diferente en el territorio; la construcción de una agenda política que rescate la visión supralocal y/o regional; la existencia de instrumentos de gestión compartida: jurídicos institucionales, como, por ejemplo, los consorcios públicos; la necesaria cooperación entre entidades políticas que forman parte de la Federación, lo que se ha convertido en un requisito constitucional institucionalizado en Brasil. En este sentido, para la gestión y planificación supralocal es necesario contar con instrumentos de coordinación política (Consorcios, Paseos, APL’s, Asociaciones, etc.) que faciliten el debate y la elección colectiva de las agendas a compartir, además de la estrategia territorial en a nivel sectorial y a nivel regional.
El camino para establecer una buena gobernanza para resolver problemas de interés común, es decir, problemas metropolitanos, pasa por la claridad que puedan tener los actores políticos, alcaldes municipales, concejales y la sociedad civil. Hay tres elementos clave:
- que la agenda del municipio incluya competencias metropolitanas a compartir (transporte y movilidad, saneamiento, residuos sólidos, seguridad pública, empleo y desarrollo económico);
- que la financiación de la política y las infraestructuras urbanas requiere asociaciones y cooperación intergubernamental y del sector privado;
- que la participación ciudadana en la política urbana establecida en el campo democrático como “derecho a la ciudad” también se da a escala metropolitana, y no sólo a nivel barrial y municipal.
El Estatuto de Metrópoli también prevé instancias de gobernanza metropolitana para operar en la coordinación de la prestación de servicios o funciones específicas en estos territorios. Sin embargo, es la conciencia metropolitana la que puede generar compromisos, llevando a los gestores a buscar soluciones que prevean un esfuerzo de acción cooperativa, basado en la confianza y la participación de todos en la planificación global y estratégica.
Por Maria do Livramento Clementino¹ y Jupira Mendonça²
¹Coordinador del Centro Natal del Observatorio INCT de las Metrópolis. ²Investigador del Centro Belo Horizonte del Observatorio INCT de las Metrópolis.