Por Alejandra LORDEN. Presidenta de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires.
Nuestro país tiene un SISTEMA DE SALUD segmentado, fragmentado y plural compuesto por tres sectores: uno es el PÚBLICO que da cobertura exclusiva a 16 millones de personas; el segundo es la SEGURIDAD SOCIAL que da cobertura a 26 millones y el tercero el PRIVADO que da cobertura a 6 millones.
A su vez los tres subsectores están fragmentados hacia su interior.
PÚBLICO: descentralizado en 24 provincias y CABA donde las prestaciones médicas las brindan las provincias y también los municipios en muchos casos.
SEGURIDAD SOCIAL: formada por 300 obras sociales nacionales, provinciales, otras y el PAMI.
PRIVADO expresado en más de 200 empresas de medicina prepaga.
Invertimos casi el 10% del PBI en salud -siendo uno de los más altos de la región- y nuestros resultados sanitarios, siguen siendo en alguno de los casos pobres, para la magnitud de la inversión. Por lo tanto, nuestro sistema es aún inequitativo y desigual.
Sigue siendo un desafío igualar el gasto per cápita de las provincias ya que los indicadores como la mortalidad materna, infantil y la muerte por cáncer son mayores en los lugares o provincias más pobres o con población más vulnerable.
Para mejorar esa inequidad e ineficacia y garantizar el acceso se comenzó a trabajar la CUS (Cobertura Universal de Salud). En ese sentido, desde el inicio de la gestión en nuestra provincia, asumimos el compromiso de mejorar la infraestructura de los efectores de salud, dotarlos de insumos y profesionalizar e incorporar recursos humanos.
Una de los grandes desafíos ya en proceso es un plan de trabajo de la provincia con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para mejorar la red pública de Salud AMBA trabajando en pos de garantizar y fortalecer el acceso a la salud del área Metropolitana conformada por 40 municipios y CABA.
Allí tenemos tres niveles de atención con participación municipal, provincial y nacional.
El primer nivel de gestión -municipal- es la puerta de entrada al sistema y debe ocuparse de la prevención y promoción de la salud, el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno según expresa el sistema de Atención Primaria de la Salud (APS).
El segundo y tercer nivel poseen establecimientos más complejos con especialidades médicas y tecnología capaz de cubrir la demanda sanitaria.
EL primer nivel es capaz de dar respuesta al 80,85% de los problemas de salud, el segundo nivel da respuesta al 10% y el tercero al 5%. Pero eso hoy se ve como como un sistema desordenado donde se entremezclan sus funciones, donde para ordenarlo es necesario mejorar el primer nivel. Por un lado mejorando la infraestructura de los Centros de atención primaria de la salud (CAPS), ya que solo el 37% tienen buen estado edilicio y su equipamiento y recurso humano es insuficiente. Menos aún podemos intentar la innovación tecnológica si la mitad de los CAPS carece de Internet y 1 de cada 10 tienen el número adecuado de computadoras y solo dos municipios cuentan con historia clínica digital y sistema de turnos informatizados. Ni hablar de la falta de recurso humano capacitado y la asimetría salarial entre los municipios, que inclina la balanza hacia uno u otro según los beneficios salariales otorgados.
Por eso, este proyecto –SALUD AMBA– comprende a 40 municipios de la zona metropolitana y los corredores sanitarios compartidos con la ciudad de Buenos Aires.
Con la Red se busca garantizar el acceso a la salud y reordenar la demanda para tener un primer nivel de Atención Primaria equitativo y oportuno. Esto implica:
–Obras de infraestructura en 363 CAPS empezando por 24 municipios donde se estaría beneficiando a más de dos de las siete millones de personas que residen en ellos y que cuentan solo con el sistema público de salud
-El recurso humano con equipos de salud y responsabilidad territorial con médicos de familia para no solo esperar la demanda sino actuar en prevención, atención y resolución de los problemas sanitarios y promoción de la salud con turnos programados, además de la implementación de la historia clínica digital, que no solo nos sirve para armar una base de datos sino también para trabajar sobre políticas públicas acorde a las necesidades de cada población.
Como ejemplo del primer nivel de atención ambulatoria, tenemos algunos municipios más avanzados en la Cobertura Universal de Salud como el municipio de San Isidro. Este cuenta con médicos de las distintas especialidades, organizado en equipos de salud con un generalista, un pediatra, un enfermero y un promotor de la salud más un componente ampliado con otras especialidades como ginecólogo, obstetra, nutricionista, psicólogo, odontólogo y trabajador social. Posee distintos programas de salud con historia clínica digital y teleconsultas mientras que la atención prehospitalaria de urgencia o emergencia se cubre con el SAME, que ya hoy lo tienen más de 100 municipios y es otro de los grandes logros de esta gestión teniendo en cuenta mejora en tiempo, calidad y atención de la llegada de los pacientes al sistema de guardia por urgencia o emergencia.
Finalmente, es el ordenamiento de nuestro sistema de salud y el mejoramiento del acceso a este lo que hará atender los problemas del siglo XXI, que son originados en un 70% de los casos por la morbimortalidad, por enfermedades crónicas no transmisibles como las cardiovasculares, HTA, diabetes, obesidad y cáncer y poner en valor la importancia de la atención primaria de la salud, tal cual lo expresó la declaración de ALMA ATA hace ya más de 40 años.